Capaz que esas ansias de verla fueron la causa de mi gran decepción desde la segunda mitad de la trama, como se decepciona uno después del fiasco de una cita a ciegas.
Universo… nos embarca en una búsqueda. Desde el principio nos anuncia un viaje, nos invita a abordar un vehiculo hacia un lugar desconocido, nos instiga a volar hacia un horizonte nuevo, en donde la estética y la reflexión se convierten en los principales pilares de la narración. Es esa búsqueda de la ansiada verdad, de respuestas en un mundo egoísta, en donde cada uno se “ahoga” en sus dilemas personales. Personajes reales confundidos y atados a la realidad que los agobia, cada uno de ellos unidos por lazos de amistad y amor. Jóvenes perdidos entre la adolescencia y la juventud, con los típicos cuestionamientos de esa edad.
Universo… es diferente a Minotauro, el anterior trabajo de Luis Aguirre, en donde toda la trama ahoga con un existencialismo excesivo que cansa.
Universo es diferente, es una película muy personal, de autor, destacable desde lo visual. Con tomas arriesgadas, iluminación con mucha penumbra y contraste, escenas para olvidar y otras para recordar, diálogos casi improvisados, y postales de una Asunción desconocida.
Por momentos arranca algunas risas (con chistes), o emocion en escenas dramáticas, pero carece de esa narrativa complaciente, y queda la sensación de que pudo ser mejor, de que las estrellas se alineen y caigan como lluvia para iluminar la trama, pero eso no sucede.
Se podría definir como un híbrido, un experimento entre la publicidad, videoclip, videoarte y cine. Pero para definir Universo… hay que emplear muchas palabras. En la “Servilleta” entra todo, se mezcla todo. Cerveza, alma, luchas, armas, sol, despertar sexual, nihilismo, afecto, odio, paisajes, rondas de amigos, conversaciones, divagues, agua, mujeres y hombres, amor y desamor, bicicletas y buses, Asunción, luces, sombras y música.
Universo… es un guiño al cine nacional, a ese anhelo de hacer algo, de filmar algo, no importa como, cuando, y donde, si es ficción o documental, si es con los amigos o con actores profesionales, si es en 35mm, en vhs, o digital, es ese ir y venir, arrancar o esperar, es la eterna lucha de no hacer nada y “esposarse” al fondo para morir lentamente; o encontrar la llave para emerger desde lo profundo y empezar a creer.
